Jueves 30 de abril. 20:00 horas.
JOSÉ VALENCIA “CON JERARQUÍA”
+ CLASE MAGISTRAL: 30 de abril a las 17 h.
Entradas a la venta próximamente
Cante, José Valencia
Guitarra, Juan Requena
Palmas, Manuel Valencia y Juan Diego Valencia
El cantaor lebrijano, actualmente maestro de una generación, vuelve a traernos una muestra de su capacidad cantaora y de su creatividad en este “Jerarquía”, que ha nacido con el admirable objetivo de rendir tributo a sus propias raíces.
La “Jerarquía” que, a través de esta nueva gavilla de cantes, reclama José Valencia no es la que señala ninguna clase de orden o privilegio, sino la que se inclina en señal de respeto ante los ecos reconocibles de su venerable herencia cantaora. De la mano de su tío, el excelente cantaor Manuel de Paula, han construido esta obra, llevados ambos por el lazo común de su pasado, en el que han buscado las claves para abrir nuevos caminos de futuro, para que por él siga transitando la poderosa voz de José y su acreditado valor artístico.
José Valencia ha elegido para cantar letras nuevas salidas de la inspirada mano de Rafael Fernández Suárez, “el Nene”, y con ellas ha tratado de ir abriendo las páginas de su árbol genealógico-cantaor, que eleva a sus ramas más añejas hasta tío Juanichi el Manijero, tío de sus dos bisabuelos maternos, uno de los cuales, llamado Mantequero, era primo hermano de el Tati, padre de tío Gregorio el Borrico, y de Perico el Tito, padre de Diamante Negro. Su segundo apellido, Vargas, le conecta, a través de su bisabuela Juana Vargas Soto, con tío José de Paula, de quien era prima hermana, y su ya citado ascendiente Juanichi, por parte de su madre, alarga su pertenencia hasta el entorno familiar de los Funi. En tramos más cercanos de ese frondoso árbol están también sus parentescos con la brillante rama de los Sorderas y los Valencias, esta última corporeizada en su tío Manuel de Paula, director musical de este proyecto.
Escuchar los cantes que José Valencia desgrana en este “Jerarquía” será una experiencia que se enriquecerá cuando, además de sentir la conmoción y el golpe emotivo que este cantaor siempre nos deja, seamos conscientes de que en cada giro de su voz, en cada esfuerzo y en cada grito, aflora también su alma agradecida y respetuosa, su homenaje devocional a quienes, sin que él lo supiera, le hicieron el gran artista que es: un eslabón brillante de la indestructible cadena del cante. Con esta obra, José Valencia enarbola y hace ondear en el aire sereno y azul de su Lebrija su plena madurez de cantaor y sus constantes búsquedas en el insondable océano de sus herencias flamencas.